En el mundo empresarial, la gestión de contratos es un aspecto esencial que rige las relaciones entre empresas y sus diferentes partes interesadas, incluyendo proveedores, clientes y empleados.
Si entendemos al contrato como un acuerdo entre dos partes, su gestión supone desafíos como el seguimiento de plazos, el cumplimiento normativo, la necesidad de automatización y la dificultad para manejar riesgos, entre otros. De no abordarse, estos problemas pueden generar ineficiencias y gastos excesivos para la empresa, por lo que una gestión óptima de contratos es indispensable para el rendimiento de tu negocio.
Este artículo ofrece una guía completa para optimizar la gestión de contratos, abordando sus fundamentos, etapas, desafíos comunes y herramientas clave.
¿Qué es la gestión de contratos?
La gestión de contratos se refiere al proceso de administrar la creación, ejecución y análisis de contratos para maximizar el rendimiento operativo y financiero de una organización, al tiempo que se reduce el riesgo financiero. Va mucho más allá de asegurarse de que se cumplan las obligaciones contractuales, se trata de crear un sistema que pueda mejorar la eficiencia operativa y las relaciones.
La gestión de contratos es crucial por varias razones:
- Cumplimiento contractual: asegura que ambas partes cumplan con los términos y condiciones estipulados.
- Documentación del desempeño: facilita el seguimiento del desempeño de cada parte en relación con los objetivos del contrato
- Relaciones comerciales: propicia una mejor comunicación y colaboración entre las partes, evitando malentendidos.
- Rendimiento financiero: Reduce costos asociados a incumplimientos o gestiones ineficientes.
¿Qué se hace en la gestión de contratos?
La gestión de contratos no es un evento único, sino un proceso continuo que abarca varias etapas clave. Para conocerlas, exploramos estas etapas con el ejemplo de un contrato de proveedores:
1. Etapa precontractual
Es durante esta etapa que se sientan las bases para un contrato exitoso. Incluye:
- Identificación de necesidades: determinar qué bienes o servicios se requieren, cuáles son prioritarios y por qué se los precisa.
- Selección de proveedores: evaluar opciones y elegir el más adecuado para este caso.
- Negociación: definir los términos y condiciones del acuerdo, sopesando los intereses de ambas partes.
2. Etapa de ejecución del contrato
En esta fase se formaliza el contrato:
- Redacción y firma: el documento se redacta, se aprueba y se firma por ambas partes.
- Comunicar obligaciones: es vital que todas las partes comprendan sus responsabilidades y las consecuencias de no cumplirlas.
3. Etapa postcontractual
Es aquí donde ocurre la mayor parte del trabajo de gestión del contrato:
- Monitoreo del desempeño: asegurarse de que se cumplan los términos estipulados: tiempos, bienes o servicios entregados, calidad de los mismos.
- Gestíón de cambios: adaptar el contrato ante circunstancias imprevistas, cambios en el mercado o ajustes económicos.
- Resolución de disputas: de presentarse conflictos, resolverlos de manera eficiente.
- Cierre o renovación: finalizar el contrato al cumplirse el plazo estipulado o iniciar su renovación.
¿Qué acuerdos se definen en un contrato?
Antes de firmar el contrato, es preciso definir las bases del mismo: sus términos, condiciones y compromisos. Algunos de los acuerdos más típicos en los contratos empresariales son:
Razón del contrato: definir el propósito y el alcance del acuerdo.
Duración y vigencia: fecha de inicio y finalización del acuerdo, condiciones para su renovación o posible terminación adelantada.
Obligaciones y responsabilidades: tareas, objetos o servicios a entregar por cada parte.
Términos de pago: definir la retribución, el cronograma de pagos y potenciales ajustes a realizarse mientras dure la relación contractual.
Confidencialidad: cláusulas que protegen la información sensible.
Propiedad intelectual: en caso de que se esté desarrollando un proyecto patentable, establecer las disposiciones sobre su titularidad.
Buenas prácticas en la gestión de contratos
La implementación de buenas prácticas puede marcar una gran diferencia en la eficacia de la gestión de contratos. Si bien cada organización puede abordar la gestión de contratos de manera diferente, ciertos elementos son universalmente importantes.
Gestión centralizada de la información: mantener toda la información relacionada con los contratos en un sistema centralizado es crucial. Esto promueve la visibilidad, accesibilidad y asegura que todos estén al tanto de las obligaciones contractuales.
Monitoreo continuo y seguimiento del desempeño: monitorear regularmente el desempeño en relación con los términos del contrato ayuda a identificar problemas tempranamente y tomar medidas correctivas.
Comunicación y colaboración efectivas: una comunicación clara y una colaboración tanto interna como con los proveedores son fundamentales para una gestión de contratos exitosa. Ayuda a resolver disputas, gestionar cambios y garantizar que se cumplan los objetivos contractuales.
Desafíos comunes en la gestión de contratos
Como hemos visto, gestionar contratos va más allá de firmar un acuerdo. Sin un enfoque y preparación adecuados, en el proceso pueden presentarse problemas como:
Gestión de riesgos: reconocer los potenciales riesgos de una relación contractual, abordarlos y encontrar soluciones personalizadas para mitigar su impacto es indispensable para garantizar el rendimiento del contrato.
Cumplimiento normativo: es indispensable seguir de cerca los posibles cambios en regulaciones, ya sea la legislación local o normas internacionales de calidad a las que el negocio adhiera, como ISO 9001; para evitar incumplimientos que entorpezcan las operaciones.
Falta de automatización: en procesos manuales, gestionados por diferentes equipos o colaboradores de forma fragmentada, es común enfrentar errores humanos que reduzcan la eficiencia de la empresa. Por eso, la automatización de los procesos de negocio es recomendable para impulsar el éxito de la gestión de contratos.
¿Cómo Qflow puede ayudarte en la gestión de contratos?
Para simplificar la gestión de contratos, Qflow ofrece una serie de herramientas que automatiza todo el proceso contractual: desde la redacción del documento, la realización de las modificaciones necesarias, firma electrónica y almacenamiento. Además, funcionalidades como la configuración de alertas y notificaciones colaboran con el cumplimiento de las condiciones estipuladas.
Caso práctico: Uso de plantillas pre-diseñadas
Qflow facilita el diseño y la automatización de procesos mediante plantillas pre-diseñadas. Dentro de la galería de plantillas listas para usar, puedes encontrar la plantilla de Gestión Documental, que contempla la redacción y aprobación de los contratos, su firma y almacenamiento.
- Redacción: es el primer paso del proceso. Una vez definidas las partes del contrato, el colaborador encargado de la elaboración del documento procede a redactar el primer borrador.
- Revisión colaborativa: en una primera instancia, los usuarios involucrados en el proceso pueden realizar comentarios y ediciones directamente en la plataforma. Una vez definido el borrador final, éste se envía a la contraparte firmante, a la espera de posibles comentarios o modificaciones de su lado.
- Firma electrónica: una vez listo el contrato, Qflow se integra con DocuSign para permitir la firma electrónica del documento, garantizando la validez y la seguridad del contrato.
- Almacenamiento seguro: los documentos se guardan en un repositorio accesible y protegido para su preservación y posible consulta.
Conclusión
La gestión de contratos es un componente esencial para el éxito empresarial. Al implementar buenas prácticas y adoptar herramientas tecnológicas como Qflow, las organizaciones pueden mejorar la eficiencia, reducir riesgos y fortalecer sus relaciones comerciales.
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